En el año 62 D.C, el sumo sacerdote Ananías, hizo arrestar a Jacobo, que encabezaba la Iglesia de Jerusalén y le ajustició. Uno de sus hermanos, Simón, fue llamado a sucederle, pero la situación política de Israel se agravaba y los conflictos internos del judaísmo eran cada día mayores. Se cree que Pablo fue decapitado y Pedro fue muerto crucificado al revés en Roma durante la persecución por parte de Nerón.
Al final del siglo I, de los apóstoles originales vivía tan sólo Juan,que se había trasladado a Éfeso, cuya iglesia se considera madre de muchas de Asia Menor y Grecia, donde se manifestaban brotes gnósticos.
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