jueves, 4 de febrero de 2010

ARRIANISMO

Arrio proponía que Jesús y Dios estaban muy separados y eran entidades diferentes: Jesús estaba más cerca de Dios que ningún otro humano, pero nació humano, y no tenía una existencia previa, por ende no era Dios, más sí una persona parecida o semejante a Dios, sin necesariamente ser el mismo. Por otra parte, Dios había existido siempre. Arrio sentía que cualquier intento de reconocer la deidad de Cristo podría desdibujar la línea entre el cristianismo y las religiones paganas. Si el cristianismo reconocía dos dioses separados, el Padre y Jesús, se convertiría en una religión politeísta.

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